Otros mecanismos de defensa para no sufrir (2)
Hoy, en la hipermodernidad, sufrimos de las mas variadas formas, mas cotidianas. Hay múltiples formas de sufrir y que tienen que ver con la autoestima, la hiperactividad, el hacer un montón de cosas sin saber por qué las hacemos, con estar produciendo constantemente … lo que nos lleva a una sensación de “mal vivir”, de malestar.
El aparato psíquico no deja de estar alerta y responde, de manera inconsciente, con diferentes formas o mecanismos para aliviar la carga emocional displacentera.
Ya hablamos de represión y hoy nombraremos otros:
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Proyección
Este mecanismo se activa frente a una emoción intolerable, vergonzante o un rasgo propio de la personalidad que, automáticamente, rechazo….y no lo veo en mí sino en otra persona o en otra situación. Lo quité de mí, lo proyecté. Atribuyo a otros lo que pasa en mi mismo y sin ser consciente de esto. Si comentamos “el día está muy triste”, algo imposible pues el día no se pone triste o alegre, estamos proyectando nuestra tristeza en algo externo. Si un padre quiere “dar todo a su hijo” porque cuando él era un niño no tuvo lo deseado, está proyectando, está expulsando de sí esa necesidad padecida en su infancia al afuera, a su hijo, que tiene vida y necesidades propias y no pide o no quiere ese “todo” que le dan. O quien piensa o desea ser infiel y conscientemente teme que su pareja lo engañe.
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La negación
Consiste en ignorar o desconocer una situación o un suceso demasiado intenso para protegernos de una emoción desagradable. Al no asumir que tal cosa ocurrió o está sucediendo, no enfrentamos el conflicto o realidad complicada. Por ejemplo: ante la muerte de un ser querido una persona niega el hecho y adopta conductas como si estuviera aún vivo.
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Regresión
Es un mecanismo de defensa por el cual se regresa a un estadio anterior del desarrollo para afrontar sucesos, pensamientos o impulso que no puede aceptar. Por ejemplo, cuando los papás de un niño de 5 años se divorcian, éste niño puede volver a orinarse en la cama aunque ya no lo hacía mas (enuresis). Esto es una regresión a una etapa anterior en la cual, quizá, se sentía mas seguro y tranquilo.
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Racionalización
Encontramos una explicación lógica y racional para justificar acciones agobiantes o dolorosas, evitando así la censura. Con la racionalización no nos decepcionamos por nuestro desempeño y protegemos la imagen positiva que tenemos de nosotros mismos. Por ejemplo: el decir “le pego por su bien” del hombre violento, justificándose con la racionalización, a sí mismo y a los demás para seguir manteniendo una conducta violenta. O si fracasamos en una entrevista de trabajo podemos mentirnos diciéndonos que en realidad no queríamos ese empleo.
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Formación reactiva
Es un mecanismo donde hay un pensamiento contrario al que ha sido reprimido de alguna manera. El pensamiento recalculado permanece como contenido inconsciente. Muestro lo contrario a lo que siento, porque eso me duele. Por ejemplo: soy muy amable y simpático con mi jefe pero él, interiormente, me irrita y cae mal. Conscientemente no quiero ser servil, pero actúo de manera contraria. O una persona que es incapaz de expresarse o manifestarse como deprimido, reprime estos sentimientos y se manifiesta euforicamente frente a los demás.
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Sublimacion
Es la capacidad de canalizar los impulsos inaceptables o problemáticos hacia algo positivo, generalmente son expresiones artísticas, sociales y culturales. Por lo cual la cultura y la intelectualidad le deben mucho a éste mecanismo de sublimación.
El psicoanálisis es un método para aliviar el sufrimiento a través de la palabra.
Y en una sociedad como la actual, donde los fármacos, las anestesias, las drogas, el querer olvidar o tapar los problemas, la ansiedad, la terapia psicoanalítica sigue siendo una herramienta para que alguien pueda encontrar algo de lo mas intimo de su persona.
Hablar y escucharnos es algo que nos hace mucha falta hoy en día.